Lactancia Materna


EL INICIO DE LA LACTANCIA

Sin duda toda la información veraz que recibas a la hora de dar el pecho os facilitará el camino. En este breve resumen, extraido de la web de ser padres, tenéis información  básica, a la que se debería añadir, acudir al grupo de apoyo más cercano,punto crucial donde los haya.
 
 
 
La lactancia materna a demanda es la mejor alimentación que puede recibir un bebé. Los primeros días son fundamentales para establecer las pautas de lactancia y evitar problemas. Con estos trucos te resultará más fácil empezar a dar el pecho a tu recién nacido.

Para el recién nacido

  • Dar el pecho todo el rato que el bebé quiera. La leche del final es la que más sacia y engorda debido a su alto contenido en grasa, aunque la succión sea más lenta y el niño se quede medio dormido. Antiguamente se decía que esa leche ya no alimenta; hoy se sabe que es justo lo contrario.
  • No poner horarios para las tomas; si damos el pecho al bebé la mitad de las veces que lo pide, tenderemos mucha menos leche. Si mama más, tendremos más leche; si mama menos, produciremos menos leche.
  • No interferir en la lactancia con chupetes y tetinas. El bebé en el primer mes se confunde con facilidad con los sustitutos de goma y puede rechazar el pecho, o colocar mal la boca y causar grietas a su madre y poca producción de leche. El pecho materno es el mejor chupete: proporciona alimento, cariño, seguridad…

Para la madre

  • No continuar la toma si causa dolor. Para finalizarla, se aconseja meter el meñique por un costado de la boca del niño para deshacer el vacío que se ha hecho y retirar el pecho sin tirar, pues esto puede lesionar el pezón. Si dar el pecho te está resultando doloroso, pide ayuda a alguien que sepa cómo se debe colocar al recién nacido para que succione sin hacerte daño (la matrona, otra madre…).
  • No lavar el pezón antes y después de la toma, ni aplicar cremas, ni frotarlo. Es suficiente con la ducha diaria y con mantenerlo limpio. El pecho tampoco necesita ninguna preparación durante el embarazo.
  • Si la madre nota los pechos hinchados, conviene que el pequeño amamante con frecuencia.
  • Es importante no comprimir las mamas con sujetadores a presión o discos absorbeleches (que impiden que funcione el mecanismo natural de que la leche goteee y no se retenga). Es mejor cambiarse de ropa a menudo si se moja y, al menos durante la noche, se recomienda no usar sujetador.

La lactancia materna reduce el sindorme de la muerte subita

Un reciente estudio, publicado en Julio de 2011 en la revista Pediatrics, para el cual un grupo de científicos recopiló y realizó un meta análisis de 18 estudios internacionales y heterogéneos anteriores en los cuales se habían medido los índices de amamantamiento, concluyó que la lactancia materna, cualquiera que fuera su duración, protege contra el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

El efecto protector de la lactancia es más fuerte en lactancias exclusivas, es decir, cuando no existe suplementación con fórmulas lácteas. El estudio sugiere también que es el hecho de amamantar, en sí, el que protege del SMSL, y que no es meramente un marcador de otros factores protectores tal como la ausencia de exposición a humo de cigarrillo secundario u otros factores sociodemográficos. Por ende, los investigadores recomiendan que las madres amamanten a sus hijos como forma potencial de reducir el riesgo de SMSL.

Idealmente, según este estudio, la lactancia debería ser exclusiva durante al menos 4 a 6 meses (recordemos que las recomendaciones a nivel mundial – de la OMS, UNICEF, AAP, AEP es de que la lactancia materna sea exclusiva hasta que el niño tenga 6 meses cumplidos) y debe continuar hasta al menos el primer año de vida del niño (nuevamente, recordemos que el consejo de las autoridades sanitarias es al menos hasta los dos años y de allí en adelante lo que la madre y el bebé quieran). Las excepciones, según estos investigadores, son las madres que abusan de drogas ilícitas – en este caso yo les recomendaría contactar con Lactancia Solidaria y buscar una madre donante que pueda ofrecer leche humana al pequeño.

Algunos promotores de la lactancia materna han expresado su preocupación por la promoción de otros factores que según estudios epidemiológicos han demostrado proteger contra el SMSL, tales como el uso de chupetes y el hecho de compartir el lecho sin dormir en la misma cama, lo cual es inconsistente con la promoción de la lactancia materna. Aunque algunos estudios observacionales han revelado una asociación entre el uso de chupetes y la disminución de la duración del amamantamiento, esta asociación no fue consistente en otros estudios clínicos ni revisiones. La Academia Americana de Pediatría establece en sus políticas sobre lactancia, uso de la leche humana y SMSL que puede usarse un chupete una vez que esté bien establecida la relación de lactancia materna. De todas maneras, a la hora de decidir si darle o no un niño un chupete, creándole un nuevo hábito, cabe recordar que el pecho funciona por oferta y demanda y que el tiempo que el niño pasa con el chupete en la boca, es un tiempo en el que el pecho no está recibiendo el estímulo para producir leche. El colecho, ya sea en la misma cama o no, es promovido a menudo como una manera de aumentar las tasas de lactancia, sin embargo, aunque el colecho esté asociado con la duración de la lactancia materna, aún no está bien establecido si es la práctica del colecho en sí, la que aumenta las tasas de amamantamiento, o si son aqueñlos padres que eligen amamantar, los mismos que deciden colechar también.

La asociación entre dar el pecho y la reducción del riesgo de SMSL es considerable y se demostró a lo largo de los 18 estudios analizados, siendo los sujetos de diferentes países y poblaciones heterogéneas. La explicación biológica de estos hallazgos es que los niños amamantados despiertan más fácilmente del sueño activo que los niños alimentados con fórmulas lácteas a los 2 o 3 meses de edad, siendo el mayor pico de ocurrencia de SMSL entre los 2 y 4 meses de edad. 

La lactancia materna confiere también beneficios inmunológicos por encima de los niños alimentados con leche artificial al proveer inmunoglobulinas y citocinas que pueden proteger a los niños durante el período en el que son vulnerables de sufrir del SMSL, justamente mientras su producción de inmunoglobulina G es baja y la que adquirieron de su madre va disminuyendo.

Varios niños que han muerto de SMSL mostraban evidencias de una infección leve, días antes de su fallecimiento, que por sí sola no hubiera sido causa de muerte. Estas infecciones podrían inducir citocinas proinflamatorias que pudieran causar disfunciones respiratorias o cardíacas, fiebre, shock, hipoglicemia y déficits en despertares nocturnos. 

Aunque la posibilidad de causalidad reversa, es decir, que algunos niños tengan dificultades para amamantar causadas por condiciones de salud subyacentes que de por sí los podrían volver más suscepibles al SMSL, no puede ser completamente descartada, la mayoría de muertes por SMSL ocurren en niños anteriormente sanos; por lo cual, esta causalidad reversa sería responsable – en caso tal – de pocas de esas muertes.

El estudio concluye diciendo que dar el pecho tiene muchos beneficios y que la lactancia debería recomendarse para todos los recién nacidos a fin de mejorar el bienestar materno-infantil. El mejor momento para iniciar el diálogo con las madres acerca de sus intenciones de amamantar es durante la etapa prenatal y el hecho de que la lactancia materna disminuye el riesgo de padecer del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante debería explicarse en folletos y otros materiales divulgativos que se entregan tradicionalmente a las futuras madres durante su embarazo.

Recomiendan también que haya consenso entre todos los profesionales de la salud y que los mismos deberían hablar al unísono cuando se refieran a la importancia de la lactancia materna, que tras este estudio añade entre sus beneficios para el bienestar tanto de la madre como de la salud, la reducción del riesgo de sufrir del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Leer más: http://www.amormaternal.com/2012/02/lactancia-materna-reduce-muerte.html#ixzz1mkY4AlUv


El secreto de la lactancia materna- 1

¿Por qué la lactancia materna en muchas ocasiones no es exitosa, no funciona, y acaba más pronto de lo que madre y bebé querrían? Evidentemente, cuanta más información tengamos antes de empezar a amamantar, mucho mejor. Que sepamos cómo debe estar colocado el bebé, que sepamos cómo funciona el pecho, la ley de la oferta y la demanda, que nos hayamos informado previamente de que la leche cambia a lo largo de la toma y también, a lo largo del tiempo, etc. La información es vital, también en esta cuestión, la lactancia materna. Tener un entorno que nos ayuda, que nos sostiene cuando acabamos de parir, que nos deja llorar y nos acoge si hemos tenido un parto que no se parece en nada a lo que habíamos deseado… todo ello nos ayudará a poder amamantar mejor. Sí, la ayuda, el apoyo y el sabernos escuchadas, acompañadas y no juzgadas nos será vital. Ahora bien, la lactancia materna tiene un secreto. Un secreto que es conocido en muchos ámbitos, en grupos de apoyo a la lactancia, en grupos de crianza, en… pero por si acaso me estás leyendo, estás embarazada, y tú aún no sabes cuál es el secreto, intentaré explicártelo para que tu lactancia sea un éxito. O mejor dicho, te explicaré el que yo creo que es el secreto. La lactancia tiene que ver con el cuerpo, con las hormonas, con el amor. La lactancia, si con algo está reñida es con la mente. Si empezamos a dar el pecho pensando que nuestro hijo mama demasiado, o que mama demasiado poco, si pensamos que no lo hacemos bien, que esto no funcionará, que se queda con hambre… Si nos agobian y los pensamientos obsesivos en una época emocionalmente dura (a veces) como es el post parto nos empiezan a invadir con cosas como “no lo estoy haciendo bien, no aumentará de peso, hace dos minutos que ha mamado y ya vuelve a querer, ¿cómo es posible? Esto no es normal…” Si miramos el reloj, si no nos podemos relajar… La lactancia será más difícil, porque la mente es un gran obstáculo que debe superar… y a veces es tan alto, que es incapaz. El mejor consejo que te puedo dar desde aquí, mujer embarazada que te preguntas qué tienes que hacer para dar el pecho (aparte de que te informes y que en caso de que aparezca algún problema, busques ayuda externa -doula, asesora de lactancia, etc.), es que te relajes. Que respires hondo y que te relajes. Que te conectes con el cuerpo y con generaciones y generaciones de mujeres que han dado el pecho. La información más sutil, más corporal, más innata, la tienes. Lo único que pasa es que en los últimos años han sido un poco oscuros para la lactancia materna y es probable que ni tú hayas sido amamantada, ni hayas visto a nadie lo suficientemente cercano dando el pecho a demanda. Para dar el pecho tenemos que estar tranquilas y debemos pensar que la lactancia será un éxito si conseguimos hacer como la leche: FLUIR. Fluir en este nuevo estado de madre que amamanta, fluir en este nuevo cuerpo de mujer que se va transformando con los pechos grandes y duros, con alguna cicatriz o algún punto, con una barriga que poco a poco va volviendo a su lugar, con un cuerpo a veces cansado de un esfuerzo titánico como es un parto… Fluir y alejarnos de todo lo que pueda interferir en el acercamiento diario y en cada toma a nuestro bebé. ¡Nos estamos conociendo…! Como cuando estamos en pleno enamoramiento con otra persona; las opiniones de los demás nos estorban de este estado de éxtasis, y sólo queremos estar juntos, juntos y tranquilos para irnos conociendo, para irnos llenando, para irnos diciendo lo importantes que somos el uno para el otro… La lactancia está reñida con el miedo, con la culpa, con la ambivalencia. Con el miedo de no poder conseguirlo y tantos otros. Con la culpa de no estar haciéndolo suficientemente bien para nuestro hij@ y de otras culpas acumuladas. Con la ambivalencia de querer dar el pecho pero quizás no a demanda, y de otras ambivalencias maternales y anteriores… La leche fluye mejor cuando no pensamos. Cuando simplemente, estamos disponibles para un bebé que sabrá perfectamente cómo regularse. La leche será la adecuada y en la cantidad justa que necesita si no estamos dudando en cada instante. Somos capaces, somos poderosas, podemos hacerlo. Pero primero nos lo tenemos que creer y no como una elaboración mental sino como una verdad integrada en cada porción de nuestro cuerpo y sobre todo, de nuestro corazón. La lactancia, al igual que el amor, no fluye si pensamos mucho. La lactancia, al igual que el amor, requiere paz, conexión y presencia. Este es el secreto.

 

http://www.natural-cs.org/public/miriam/index.php?p=1984&lang=es

 


Lactancia con prótesis PIP (implantes mamarios de silicona)

A raíz de la alarma surgida por las informaciónes en los medios de comunicación de los implantes de silicona PIP y los riesgos para la salud, nos llegaron algunas consultas de madres que tenían implantes de ese tipo y estaban amamantando. Concretamente una de las consultas era de una mamá de un bebe de dos meses con lactancia exclusiva y con un implante roto. Nuestra compañera Rocío Martín Gil, médico anestesista e IBCLC, investigó y nos envío un breve informe que difudimos aquí. Añadimos la opinión de Carlos González sobre implantes rotos para más información de las personas afectadas.

Rocío Martín Gil, Médico Anestesista e IBCLC

Es normal que se detecte en varios órganos de la madre en caso de inyección subcutánea, ya que la silicona pasaría a su torrente sanguíneo y linfático y se pararía en el primer filtro que encontrara, que puede ser un ganglio linfático, el pulmón, el hígado o el riñón, que son órganos que actúan como filtros.

Pero la administración de silicona al niño no sería por vía intravenosa, sino oral, que es muy diferente. He buscado la absorción de la silicona por vía oral y una de las primeras cosas que he encontrado es la ENTEROSILICONA, que se administra por vía oral a los niños tan tranquilamente como un supuesto tratamiento de los cólicos del lactante, porque la SILICONA NO SE ABSORBE POR VÍA ORAL.

De hecho, cuando un niño se traga un trozo de plástico de un juguete, no nos preocupa que vaya a pasar a un órgano, porque sabemos que no se absorbe y que el niño la expulsa por las heces en un par de días.

Así que mi opinión como médico consultora de lactancia es que la madre puede continuar con la lactancia, aunque esté el implante roto.

Espero que os sea de utilidad mi opinión.

Un saludo,
Rocío Martín-Gil Parra
Dra. en Medicina, especialista en Anestesia e IBCLC
Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia)

Carlos González, Pediatra

Es cierto que no se han evaluado los posibles efectos de las siliconas de uso industrial sobre la salud, pero sí que se han evaluado ampliamente los efectos de la lactancia artificial.

Sabemos que la lactancia artificial aumenta el riesgo de diversas infecciones (entre ellas, algunas graves), de muerte súbita, de linfoma, de diabetes y de otras muchas enfermedades. Por lo tanto, lo que indica el principio de precaución es no abandonar la lactancia materna a no ser que haya clara evidencia de un problema.

Silicona de uso industrial significa simplemente que no garantiza el alto grado de pureza que se exige para fabricar implantes. Puede contener algunas impurezas y contaminantes. Pero eso no significa que le hayan añadido ninguna substancia particularmente tóxica.

No hay motivos para suponer que esa silicona sea particularmente tóxica por vía oral. Entre cientos de miles de mujeres que han llevado esos implantes durante años no se ha descrito ningún efecto tóxico; solamente la aparición de unos pocos (muy pocos) casos de cáncer de mama, que todavía no se sabe si son debidos al implante o si aparecieron por pura coincidencia (porque de varios cientos de miles de mujeres, lo normal es que algunas acaben teniendo cáncer de mama).

La silicona en sí no es tóxica. Incluso si pasase a la leche, no tiene ninguna importancia. Los bebés chupan chupetes y tetinas de silicona, y las gotas de Aero-Red son gotas de silicona. La silicona no es tóxica y no se absorbe por vía oral.

El que la silicona de una prótesis rota se haya encontrado en otros órganos no es sorprendente, puesto que ya está en el interior del organismo y se puede difundir por vía sanguínea o linfática. No hay ningún motivo para suponer que esa silicona:

  • Pase a la leche.
  • Sea absorbida por el bebé.
  • Se fije en ningún órgano del bebé.
  • Tenga ningún efecgto perjudicial.

Insisto, el problema no es la silicona, sino los posibles contaminantes e impurezas de la silicona. Como ocurre con cualquier medicamento, menos de la centésima parte (y tal vez menos de la milésima parte) de la cantidad total de esas substancias que haya en el cuerpo de la madre podría pasar a la leche, si es que pasa. Falta saber que se absorba por vía oral.

Y si a la madre que lo ha llevado implantado durante años no le ha producido ningún efecto tóxico apreciable, no hay motivo para pensar que pueda perjudicar al bebé.

El hecho de que una silicona de uso industrial no cumpla las exigencias de pureza para ser implantada en el organismo no significa que sea tóxica por vía oral.

Los bebés se pasan el día chupando cosas que no se pueden implantar en el organismo. A nadie en su sano juicio se le ocurriría implantarse un chupete, un lápiz, un juguete de plástico, el mando de la tele o las llaves. Cabe dentro de lo posible que la implantación de algunas de esas cosas en el organismo tuviera efectos adversos. Pero los niños las chupan cada día y no nos asusta y no pensamos que se vayan a intoxicar por ello.

Saludos,

Carlos González, Pediatra y escritor


La lactancia es buena para la salud cardiaca materna

La lactancia materna durante el primer año de vida del bebé produce beneficios a largo plazo tanto en el niño como en la mamá.Un equipo de investigadores halló evidencias de que prolongar la lactancia materna reduciría el riesgo en la mujer de desarrollar hipertensión, diabetes, colesterol alto y enfermedad cardiovascular después de la menopausia.

Los resultados, publicados en la revista Obstetrics and Gynecology, surgen de datos sobre casi 140.000 mujeres que amamantaban a sus bebés.

Según el equipo de la doctora Eleanor Bimla Schwarz, de la University of Pittsburgh, los efectos positivos de la lactancia sobre los factores de riesgo cardiovascular materno parecían ser «dependientes de la dosis».

A mayor duración de la lactancia materna, mayores eran los beneficios, aun tras ajustar las variables sociales, demográficas y de estilo de vida, además de los antecedentes familiares y el peso corporal.

Las mujeres que habían prolongado la lactancia más de 12 meses eran significativamente menos propensas que aquellas que nunca habían amamantado a tener hipertensión, diabetes, colesterol alto y enfermedad cardiaca.

El equipo opina que la lactancia materna «hace algo más que sólo reducir las reservas de grasa de la mujer» y propone que los efectos sobre el perfil de riesgo cardiovascular femenino se deberían a efectos hormonales del amamantamiento.