Una gran microrrevolución 4
Desde Lactando queremos compartir con todo el mundo este texto, que cuenta una preciosa historia de solidaridad que ha tenido lugar aquí mismo, en Murcia.
Bravo por esas madres que dan tanto y qué pena que en nuestra región no exista un banco de leche que sería tan beneficioso para tantos bebés. Si se decidieran a abrir uno sabemos que no tendrían problema para conseguir donantes. ¡Gracias por cambiar el mundo!
Una gran microrrevolución.
Este verano hemos sido espectadoras en primera fila de una pequeña gran microrrevolución, no podemos dejar pasar más tiempo sin contar el milagro de solidaridad que surgió a raíz de un breve mensaje que llegó, hoy hace seis meses exactamente, al móvil de un pequeño grupo de mujeres y que decía «leche para Malena».
Inmediatamente se activó una marea de solidaridad. Internamente le decíamos la marea láctea, mas tarde pasó a llamarse oficialmente la red blanca (todo lo «oficial» que pueden ser este tipo de actos). Red o marea, igual da, las redes recogen y las mareas nos traen sorpresas y a veces nos inundan. Eso es lo que sentimos, sencillamente una gran persona recibía en forma de botecitos blancos todo lo que nos había dado en el pasado sin esperar nada a cambio. Sentimos que una gran marea láctea inundaba nuestras vidas y las de otras mujeres que acudían a dar lo mejor de ellas ofreciendo a alguien la ayuda que necesitaba.
Malena y su familia nos necesitaban.
De repente y de forma simultánea en muchas familias la solidaridad empezó a formar parte de la vida cotidiana y nos sentíamos especiales de pertenecer a la red/marea láctea.
Hablando con otras mujeres que también estaban donando leche para Malena nos dimos cuenta de que todas nos sentíamos igual, estábamos allí porque queríamos, porque sentíamos que debíamos apoyar el deseo de esta madre que quería alimentar a sus hijos con leche materna y era tan generosa de permitir que nosotras maternáramos con nuestro alimento a sus hijos.
Nuestros teléfonos echaban humo con cada entrega, gracias a Malena conocimos a mujeres maravillosas que nunca hubiéramos conocido. Con muchas de ellas ya nos habíamos cruzado en lactando, pero también con compañeras de otras asociaciones como la Liga de la Leche y el grupo del Cabezo e incluso mamás anónimas que al enterarse de que unos bebés necesitaban leche, acudieron a nosotras para unirse a la red.
Y otra vez volvimos a sentir que lactando nos entregaba un nuevo tesoro, que no es otro que el poder participar y formar parte de este movimiento espontáneo que se nutre única y exclusivamente de oxitocina.
Y queríamos contarlo, porque estamos hablando de más de 50 mujeres, o más de 50 pares de tetas, como decimos nosotras, que gota a gota han conseguido sumar más de 220 litros de leche materna, para que Teo y Julieta tuvieran una lactancia materna exclusiva de casi cuatro meses.
Cada gota esconde detrás una historia, una familia y muchas emociones. Gotas que caen de madres diferentes, pero con un objetivo común, el de ayudar. Unas suman 300 ml diarios, otras sólo pueden sumar diez, otras no suman nada pero transportan, otras no transportan pero buscan a otras que tengan leche almacenada, alguna madre incluso tiene detrás una historia dura, de pérdida, y aun así y con el dolor que le supone, quiere ayudar a una persona con la que ni siquiera ha hablado en su vida, madres que se coordinan por proximidad, madres que almacenan en sus congeladores, madres que reparten botes de cristal y, también hay que nombrarlos, padres que llevan la leche a su destino.
Ha sido impresionante ver y vivir la expansión de esta red blanca, y nosotras, que hemos estado en primera fila, queríamos hacer este pequeño homenaje a todas las madres que han participado, dando las gracias a las que han dado su apoyo emocional y logístico y agradeciendo también a los grupos de apoyo simplemente el hecho de existir y estar allí una vez más cuando se les ha necesitado.
Estas son las grandes microrrevoluciones que consiguen mejorar nuestro mundo, las que se lideran desde el amor y la empatía. Estamos seguras que si se sumaran, pasaría lo mismo que al sumar las gotas de leche; muchas microrrevoluciones podrían cambiar nuestro mundo, porque dispersas parecen insignificantes, pero al juntarlas se ve cómo es posible que deje de ser una utopía.
Teo y Julieta cumplen hoy 6 meses, y aunque en menos cantidad que al principio, siguen tomando leche de otras madres.
Clara y Silvana
Os copiamos la respuesta al texto que hemos recibido de Malena.
¡Gracias chicas por compartir nuestra historia y hacerla llegar a innumerables rincones!
Es algo tan maravilloso e increíble que no podía quedarse sólo para nosotros…
Habéis conseguido con vuestro esfuerzo individual y de grupo, y vuestra capacidad de organizaros internamente y entre grupos, que mis preciosos mellizos tomen leche materna exclusiva durante sus primeros íntegros cuatro meses de vida, y que todavía hoy, cuando cumplen seis meses, sigan disfrutando de vuestros sabores algunos días de la semana.
Hace un rato lloraba pensando en el diploma que me otorgó Lactando cuando mi primera hija Candela y yo cumplimos nuestros seis meses de lactancia exclusiva, ¡lo orgullosa que me sentí!. Después de siete años todavía lo conservo y está colgado en el corcho de su habitación. Lloraba pensando lo orgullosa que me habría sentido hoy al recibir ese diploma por partida doble. Sin embargo hoy he recibido otra cosa, con la que he continuado llorando de alegría y también de orgullo, el enlace de este post que cuenta su historia y la de ¡más de 50 maravillosas mujeres que nos han regalado su leche , y siguen haciéndolo, durante estos seis meses!.
Este camino está siendo muy dificil para mí. He tenido que aprender a darme mientras alimento a mis hijos con cada una de vuestras gotas de leche, como me había entregado antes con cada una de las inumerables «tetas» en las que me di entera a sus hermanas. Ha sido muy duro tener que compartir eso que siempre había hecho sólo yo y que me ayudaba a sentirme realizada en mi papel de madre, con su padre y con todas esas personas que me acompañan y ayudan siendo brazos maternales a diario en su maternaje. Está siendo muy duro aprender a darme a través de cada gota de leche que llega a sus bocas a través de una fría tetina de silicona y un biberón de plástico y aceptar que mis pechos para ellos,por ahora, no significan nada. Todo esto a veces me tiene sumida en una gran tristeza que tengo que dejar salir y que se hace más llevadera cuando pienso en todas vosotras y el acompañamiento que nos estáis regalando desde el primer día. ¡Mi sonrisa sigue ahí y ,a pesar de estas lágrimas , consigue salir todos los días!.
Hoy me toca a mi otorgaros ese diploma por estos seis meses de leche para Malena, para Julieta y para Teo, y por hacer este camino que nos ha tocado vivir más fácil de andar.
¡Eternamente gracias, hermanas de teta, por vuestra entrega y gracias especiales por este post!.
Malena